AMIGARSE: 10 años contribuyendo a las buenas prácticas de RSE

Fundación Amigarse está cerca de cumplir una década de trabajo en el campo de la responsabilidad social empresarial, tiempo en el que han crecido y consolidado en el ámbito nacional y ahora se proyectan a nivel internacional. Es parte de sus pilares como institución trabajar por concienciar y poner en agenda los temas más sensibles sobre el medio ambiente a fin de generar cambios en la sociedad.


Cecilia Requena Gallo

El nacimiento de la Fundación Amigos de la Responsabilidad Social Empresarial (Amigarse), se sitúa una década atrás en las aulas de una universidad que por primera vez impartía el Diplomado de Responsabilidad Social Empresarial. Allí, un grupo de profesionales decidió transmitir de manera voluntaria los conocimientos aprendidos en aula dando conferencias y charlas gratuitas a cuanta empresa lo requería. Así fue hasta que llegó una empresa grande y les demandó talleres más planificados y en varias ciudades donde tenía sedes, por lo que se vieron en la necesidad de constituirse formalmente en una fundación, que finalmente vio la luz un 8 de julio del 2005.

Desde entonces continuaron ofreciendo los servicios de capacitación en RSE pero llegó un punto en el que sintieron la necesidad de tener un programa para medir los impactos del conocimiento que transmitían, si las empresas lo estaban asimilando o no. De esta manera nace el programa “Luz de Luna” que beneficia actualmente en sus estudios a 146 jóvenes universitarios de todo el país, y que actualmente recibe el apoyo financiero de diversas empresas, fundaciones y personas particulares.

“Siempre que hablamos de responsabilidad social dejamos en claro que esto no tiene que ser una donación, tiene que ser una inversión social «

Asimismo, decidieron crear el programa “Negocios Inclusivos”, que apoya a iniciativas empresariales económicamente rentables, y ambiental y socialmente responsables, entre las que se destaca Industrias Mager, productos de limpieza fabricados por personas invidentes; Red de Recolectores de Santa Cruz, que aglutina a 24 asociaciones con más de 400 familias; Recicla Arte y Madera, que son trabajos artesanales con madera reciclada de palé; ReciclArte, empresa que utiliza residuos plásticos y lonas de banner para elaborar nuevos productos; y Trama, que trabaja en el reciclaje de lonas de gigantografías publicitarias para elaborar material de escritorio y corporativo, entre otros.

“Siempre que hablamos de responsabilidad social dejamos en claro que esto no tiene que ser una donación, tiene que ser una inversión social sujeta a medición, con indicadores que nos permitan demostrar el impacto que generamos y además sostenible en el tiempo”, afirma Heiver Andrade, miembro del comité Amigarse. Y es que el nuevo siglo trajo consigo una conciencia más madura en cuanto a la responsabilidad, las empresas empezaron a preguntarse cuántos recursos consumían y cuánto de eso devolvían.

Sin embargo, este cambio no fue asimilado del todo por las empresas de nuestro país. “Muchas sólo se han maquillado de responsabilidad social para presentarse ante la comunidad. Falta mayor compromiso y mucho por trabajar. El tema ético es fundamental para el desarrollo de una empresa y del país”, asegura Oscar Aparicio, responsable jurídico de Amigarse.

“Muchas sólo se han maquillado de responsabilidad social para presentarse ante la comunidad. Falta mayor compromiso y mucho por trabajar»

Es por ello que, a decir de Amigarse, las empresas ya no pueden sólo pensar en tocar el tema social cuando deciden ser una empresa responsable, sino que además deben pensar en sus procesos productivos para generar riqueza con equidad, dañando en lo más mínimo al medio ambiente. “Ahorita tenemos una mala costumbre de seguir con las economías lineales, todo lo que produces no te interesa. En cambio las nuevas economías circular, verde, colaborativa, piensan en como vuelve todo lo desechado, y es por ello que tenemos que ayudar a ponerlas en la mesa y reflexionar sobre eso”, expresa Andrade.
Metas por delante

Con diez años de trabajo recorrido pensar en el futuro plantea a Amigarse importantes desafíos. “Esperamos que de aquí a cinco años ya no hablemos de 160 sino de 2000 o 3000 estudiantes del programa Luz de Luna, que ya no hablemos de sólo cinco empresas inclusivas sino de 15 o 20, siempre tratando de beneficiar a más gente”, sostiene Andrade, a tiempo de señalar que será importante en este camino por delante poner en la mesa temas que actualmente está afectando a todo el mundo, como la escasez de agua, para que la gente los conozca y genere conciencia.

“El planeta es como un avión que cuando llega al final de la pista debe hacer como un ‘pusk-back’, y nosotros hemos pasado esa línea por eso es urgente hacer los cambios”, concluye Aparicio.

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