Alimentar a los cerdos de una manera que no contamine al ambiente es posible. Así lo prueba el emprendimiento peruano “SinBa”, cuyo nombre viene de “sin basura”, que busca aprovechar las miles de toneladas de desechos orgánicos que se descartan en los restaurantes para dar de comer a los cerdos de una manera más eficiente.
Por María Julia Arana / La Región Perú
Durante mi visita a Lima recorrí las calles buscando degustar aquello que hace tan famosa a la gastronomía peruana. Se trata de una cocina que en los últimos años ha ganado fama internacional a costa de un gran reto oculto: el desperdicio de alimentos y las miles de toneladas de residuos orgánicos que van directo a los rellenos sanitarios.
El desperdicio de alimentos es un problema para el mundo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca de un tercio de la comida que se produce en el mundo termina en la basura. Lo que poca gente sabe es que más del 50% de la basura generada en Lima es orgánica. Esto quiere decir que, a diferencia de otros residuos, los orgánicos tienen el potencial de descomponerse y biodegradarse. Este tipo de basura se suele mezclar con otros residuos inorgánicos y termina contaminando los basureros y las ciudades. Su separación y reutilización aliviaría la carga de los basureros de manera considerable.
Ante esta situación de emergencia, tres emprendedores peruanos decidieron tomar cartas en el asunto e iniciar un proyecto en el cual se reutilicen los residuos orgánicos para elaborar alimento para cerdos, de una manera menos contaminante que la tradicional.
“Sí es posible criar cerdos limpios y de una manera menos contaminante”, asegura Andrea Rivera, zootécnica y fundadora de SinBa. Junto a Bitia Chavez y Philiph (Pipo) Reiser, crearon en 2015 una empresa social que busca darle utilidad a los desperdicios orgánicos generados en los restaurantes de Lima para producir alimentos sustentables para cerdos.
Estos jóvenes peruanos proponen el “Ciclo SinBa” que implica un trabajo integral que empieza en los restaurantes de la capital peruana. Éstos se suman al programa Gastronomía Sin Basura y reciben una capacitación para enseñarle al personal del restaurante a separar los residuos. Además, se les entregan tachos y bolsas para separar los residuos orgánicos y, al final del mes, se les presenta un informe para que mejoren su gestión. A diario, estos residuos de los restaurantes son recogidos por Edilberto Delgado, un reciclador urbano recientemente incorporado al sistema oficial de reciclaje municipal.
Delgado destaca los beneficios de ingresar en el mundo formal del reciclaje urbano: “Los beneficios de la formalidad son muchos. Por ejemplo, te permite trabajar con las empresas porque éstas sólo aceptan personal formal. Pero además te permite organizar los horarios, ahora tengo tiempo para estar con mis hijos. Y además tengo medidas de protección como guantes y uniforme. Pero la mayor ventaja es que el vecino ya no mezcla la basura y me ayuda en la recolección”.
Delgado recuerda que cuando conoció el emprendimiento SinBa tuvo algo de desconfianza al principio, pero luego vio que era un proyecto que prometía mucho. “Primero pensé que sería uno más de los proyectos fallidos de reciclaje, pero me sorprendió conocer su iniciativa. Vi algo nuevo en SinBa, una propuesta diferente. Luego comenzaron a aparecer los reconocimientos de varias entidades que también confiaban en el éxito del proyecto”, explica.
Hace unos meses, SinBa fue el proyecto ganador del Desafío Kunan 2017; recibió apoyo económico y asesoría legal y estratégica para consolidar el emprendimiento como empresa social. En julio, recibieron la certificación de Empresa B, un tipo de compañía que redefine el sentido del éxito empresarial, usando la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales.
El Ciclo SinBa
SinBa ha logrado construir alianzas con dos restaurantes limeños que, en conjunto, generan 300 kg de residuos orgánicos al día. Estos residuos llegan a la planta de SinBa y son nuevamente separados y procesados en una máquina-prototipo que convierte los residuos en alimento en polvo a través de la combustión a vapor. Según explican en SinBa, esta forma de “cocinar” los residuos orgánicos es menos contaminante que la forma tradicional que usan los criadores limeños, ya que éstos queman los residuos para hacer una especie de sopa con los restos de comida.
Rivera, cofundadora de SinBa, explica que si no se procesan bien los alimentos, el exceso de proteínas termina convirtiéndose en excremento y genera nitrógeno en exceso, que es un gas contaminante. “El proceso de separación de los residuos orgánicos y su fermentación biotecnológica reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y terminan siendo una forma menos contaminante de producir el alimento para cerdos”, agrega.
El objetivo final de SinBa es cerrar el ciclo, es decir, entregar el alimento balanceado a los criadores de cerdo y que éstos puedan vender una carne de mejor calidad a los restaurantes que forman parte del programa. Por ahora sólo tienen alianzas con dos criadores de cerdos y aún no han logrado cerrar el ciclo con la venta de la carne. Pero Rivera cree que no falta mucho para lograrlo.
El lema de SinBa es que “Nada ni nadie sobre”. Esto implica pensar no sólo en los desperdicios de alimentos sino también en las personas que encontraron en la crianza de cerdos una oportunidad de trabajo. “La idea también es mejorar la calidad de vida de los criadores, que al trabajar con la basura están en riesgo de adquirir enfermedades. Nuestro proyecto apunta a ayudar a las personas, a los peruanos, para que la crianza de cerdos sea una actividad inclusiva y sustentable”, concluye Rivera.
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