El municipio de Aiquile es reconocido legalmente en Bolivia como Capital Nacional del Charango, instrumento que también ha sido nombrado Patrimonio Cultural de Bolivia.


No es de extrañarse que cientos de familias aiquileñas tengan su economía basada en torno a este instrumento. Aunque no se cuenta con el dato exacto de cuántas personas dependen exclusivamente del negocio en torno al charango se tienen como referencia al menos la existencia de un centenar de constructores repartidos en Aiquile y sobre todo en las comunidades de San Pedro y Común Pampa donde su actividad económica casi exclusiva es la construcción de charangos. Familias integras trabajan de forma artesanal guiados por los maestros constructores que son padres de familias o hijos que se han especializado con la práctica.
NARANJILLO (2)Eddy Veizaga, presidente de la Asociación de Constructores de San Pedro, comenta orgulloso el arte que se desarrolla en esta comunidad aunque lamenta el abandono de las autoridades en cuanto a la preservación de la materia prima. “Lamentablemente se ha acabado. Ya hace más de diez años que no hay. Nosotros hacemos traer de Santa Cruz una madera similar al Naranjillo (que es la ideal para la construcción)”.

Ignacio Suárez, constructor ganador del Charango de oro en seis oportunidades, quien ahora tiene su taller en Cochabamba, recuerda que hace unos cuarenta años, cuando empezó a construir, abundaba el naranjillo. “Hay una cordillera más atrás, allí íbamos a traer en burros. Caminábamos unos 6 a 7 kilómetros a pie, había que subir, pero había harto. Sin embargo ahora ya no hay nada. Ahora solo quedan como arbustos”.

foto 99 tema naranjlloJosé Carlos Pérez, Responsable de Conservación del Proyecto Probio de la Secretaria de la Madre Tierra de la Gobernación de Cochabamba ratifica que durante años se ha aprovechado la madera del naranjillo de forma inadecuada, sin ningún control, sin considerar la regeneración natural que debería tener esta especie y que tampoco se han implementado iniciativas de reforestar los sitios donde se ha aprovechado esta madera.

“ Ahora la Secretaría de la Madre Tierra está trabajando coordinadamente con el municipio, justamente para empezar a hacer un aprovechamiento mucho más controlado”, detalla a tiempo de destacar que en 2010 se ha creado un área protegida municipal donde justamente existen plantas de naranjillo y que “se ha trabajado en un plan de manejo en el que se especifica más o menos donde están las zonas donde se podría aprovechar esta planta y qué se tendría que hacer para poder reponer lo que se está usando”.

El problema es que esta planta tiene un tiempo de crecimiento bastante largo. Para poder aprovecharla se tiene que tener individuos que tengan más o menos 12 a 20 años, tarda bastante, según explica Pérez. “Tenemos que hacer algo pronto para que nuevamente podamos tener este recurso tan importante y podamos seguir aprovechándolo. La cosa no es no aprovechar sino que se puede hacer pero siguiendo ciertas normativas y de manera controlada”.

De manera muy aislada las escuelas y colegios han realizado esfuerzos con los estudiantes para reforestar con naranjillo pero urgen acciones de reforestación con mayor impacto. “Esto tiene que venir de los niveles de arriba por eso ya hemos tomado contacto seriamente para en primer lugar gestionar de forma adecuada el área protegida porque ahí está la reserva de esta planta y también para llevar adelante actividades de reforestación en las zonas aledañas a Aiquile” .

La preocupación está latente en los artesanos que no sólo construyen para la comercialización local sino que responden a pedidos de todo el país e incluso del exterior. Entre los aiquileños conocidos por exportar sus charangos está Ramber Ferrufino que, junto a su familia, vive exclusivamente de este negocio. Ellos han enviado sus productos a Japón, China, Argentina, Perú. “Desde hace 10 años se envía los charangos profesionales; unos quince al mes”, explica Ramber a tiempo de mencionar que cuentan con un contacto que hace de intermediario en la ciudad quien se encarga de todos los trámites de exportación.

“En nuestra familia seguimos manteniendo este trabajo. Nuestros tíos lo hacían. En Aiquile muchas familias que viven del charango pero el Naranjillo ya hace como diez años que está casi extinto. Aunque hay otras maderas, nunca lo va a superar al naranjillo. Dicen ahora que con este alcalde hay procesos que se están llevando, se habla de que va haber reforestación; esperemos”.

 

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